martes, 17 de enero de 2012

La investigación del rojo perfecto

El rojo es uno de los colores más preciados, y lo ha sido durante millones de años. Por todo el mundo, en diferentes culturas, el rojo se ha hecho servir para representar el peligro, valor, pasión, violencia y belleza. Aunque los humanos pueden ver una variedad de intensos rojos en la naturaleza: las flores, los insectos, el color de la sangre y el fuego, recrearlo era otro tema. Los artistas y los tintoreros europeos anhelaban conseguir el rojo perfecto. Hasta el siglo XVI los mejores rojos fueron los que provenían de otro insecto, nombrado kermes vermilio. Las pinturas rupestres de Francia, los rollos del mar Muerte y las vendas de las momias egipcias estaban teñidos con este tinte. A pesar de eso, en comparación con los rojos de la naturaleza, el tinte del kermes vermilio parecía apagado y deslucido.
Alrededor de siglo XIV, los incas y los aztecas de América producían un tinte extraordinariamente rojo proveniente de las cochinillas Lo consideraban tan valioso como el oro. Hacia el año 1520, los conqueridores españoles vieron que los  mercados aztecas se vendía in tinte rojo precioso. Rápidamente aprendieron os secretos y lo llevaron a Europa, donde producieron el rojo más intenso que nunca se había visto. El tinte tuvo un éxito inmediato. El rojo se convirtió en el color de la realeza y la aristocracia y los españoles ganaron una fortuna vendiendo cochinillas por el mundo.
Pero el secreto de las cochinillas estaba muy bien guardado. La mayoría de europeos creían que el tinte era un extracto de frutas del bosque o de cereales, porque los insectos secos parecían granos de maíz. El acceso de cultivo de cochinillas estaba estrictamente controlado y muchos trabajadores fueron asesinados por asegurar el secreto absoluto. Un día, un naturalista francés introdució de contrabando cactus cubiertos de insectos. En docenas de países se fueron creando " rachas" de cochinillas. Esta fue la fuente principal de tinte rojo hasta que se produjo los tintes sisméticos a finales del siglo XIX.    












No hay comentarios:

Publicar un comentario